Boyfriend..

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Justin Bieber.

viernes, 18 de mayo de 2012

CAPITULO 1, parte I-PONGAMOS EN MARCHA EL ESPECTÁCULO.


Twitter: justinbieber ¡Canadá, muchas gracias! Siento haberme ido, pero estamos con la gira y tenía que ir a ensayar... ¡MI AUTOBÚS ES GUAY! ¡Es una fiesta sobre cuatro ruedas!
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16:17 h 21 de Junio Vía Web.

HARTFORD, CONNECTICUT, MARTES, 22 DE JUNIO 2010 9:45 h

Mientras me dirijo al XL Center, siento que debería llevar los patines puestos.

-¡Eh!-Le doy un codazo a mi abuelo en las costillas-.¿No hueles a hockey?

Se parte de risa.

-Ya te digo.

Dentro de menos de cuarenta horas, el XL Center va a llenarse hasta arriba con casi veinte mil fans enfervorecidas, pero ahora mismo el recinto está pidiendo un Zamboni a gritos.
Un Zamboni es ese cacharro que parece un tanque y que se conduce por la pista para nivelar el hielo durante el descanso de los partidos de hockey. Derrite la capa de arriba, que casi de manera inmediata se vuelve a congelar y queda lisa como un espejo.
No me puedo creer que tenga que describiros qué es un Zamboni. Es como describir algo que conoces desde el día en que naciste.

A los canadienses nos va el hockey, es lo nuestro. Lo llevamos en la sangre.
A veces dejan que un invitado famoso (un héroe de guerra, una ganadora de un concurso de belleza, un presentador de las noticias locales, o quien sea) conduzca el Zamboni. Y hasta hace tres años, ésa era mi definición de un famoso: alguien al que se le deja conducir el Zamboni por la pista. Mi definición de una estrella de rock es alguien a quien se le deja ir en autobús a todas partes mientras está de gira.
Las cosas pueden cambiar mucho en tres años.

Cuando tenía doce, mi mánager, Scott Scooter Braun, vio un vídeo mío en YouTube, en el que actuaba en un concurso de talentos locales.
A los catorce, unimos nuestras fuerzas con el artista Usher, que no sólo era uno de mis ídolos, sino que además hizo posible que el mundo me conociera. Pocos meses después de cumplir los quince, apareció mi primer single. Ahora que tengo dieciséis estoy a punto de iniciar mi primera gira como artista principal.
ES INCREÍBLE.
La gira My World va a pasar  por ochenta y cinco ciudades de Estados Unidos y Canadá, y va a contactar con casi dos millones de fans, en menos de seis meses. Mis coros, Legaci, mis bailarines, la banda y un enorme equipo se han embarcado en este viaje conmigo. Hacen falta ocho autobuses y una flota entera de camiones de ocho ruedas para transportarlo todo, incluido a nosotros mismos.
¡GUAU!




Camino por el garaje de los autobuses con mis abuelos, Bruce y Diane Dale, y con Kenny Hamilton , mi ninja de seguridad personal y víctima habitual de mis poderes asesinos con la Xbox 360. Mi madre Pattie Mallete, se contonea detrás de nosotros, con sus vaqueros ajustados y sus tacones. Mamá es lo más y lo ha sacrificado todo por mí.
Scooter ya lleva horas en el recinto, tirando a canasta con los encargados de trasladar y montar el equipo y con los bailarines de apoyo; en medio suceden frenéticas llamadas al móvil. Scooter es el celebro de la operación y junto con su equipo se esfuerza para que todos los detalles encajen a la perfección: asuntos con los medios de comunicación, como entrevistas y peticiones de fotos; cosas de logística, como quién va en qué autobús, y por supuesto, cuestiones de vital importancia, como asegurarse de que no coma nada de pizza  un día de concierto (se supone que los cantantes no pueden tomar lácteos antes de un actuación, aunque todos sabemos que rompo las reglas. ¡La pizza está demasiado buena!). Scooter está todos el día planificando, entiende su vida como una gran partida de ajedrez, y siempre lleva ocho movimientos de ventaja. El tío es una máquina.


Entrechoco los puños-Passssssatío-con Kenny que nos abraza a mi madre y a mí y nos lleva por las catacumbas del backstage, a la pista en la que los aparejadores de la gira están subiendo en la cesta de un enorme globo aerostático rematado en acero.
<<Guay.>> Kenny y yo asentimos como muestra de aprobación.
Lo han diseñado para que se eleve sobre el público en la canción de Up.
Ha de subir por encima del escenario a algo más de nueve metros, y luego va a sobrevolar las cabezas, deslizándose en medio de oleadas de energía y ruido para luego bajar, aunque no tanto como para que me puedan tocar las fans, pero sí lo bastante para ver de cerca todas esas preciosas caras. Espero que mis seguidoras se vuelvan locas cuando lo vean. En ese momento, la góndola hace un ruido como el de un Chevy al rozar contra un guardarraíl. Pega un par de sacudidas y se queda parada. Bruscamente se inclina a la izquierda. Luego se tambalea a la derecha, y yo salto: <<¡Eh tío! Esto no debería de estar pasando!>>.
En lo alto de las pasarelas superiores, los aparejadores discuten en voz baja y sin parar a través del walkie-talkie. Esto no mola. Pero justo cuando empiezo a darme cuenta de que el pedazo de desayuno que me he tomado le quiere dar guerra al estómago, noto un brazo tranquilizador en torno a mis hombros. Carin, la novia de Scooter, está a mi lado. Ella nos ayuda con la gira, pero en realidad está aquí para ayudarme a mí y a Scooter a lidiar con este momento tan frenético de nuestra vida. Es una parte fundamental de nuestro sistema de apoyo y su  prioridad es siempre mi bienestar.
-Tranquilo-me dice-, no pasa nada. La seguridad es más importante que los efectos especiales. Ya lo sabes.
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Maaañana os dejaré la otra parte (:

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